Slavoj Žižek considera que el capitalismo tiene diferentes formas de llevarse a cabo y todas ellas coexisten. Encierra en su seno unas contradicciones que lo pudren, pero precisamente por eso se desarrolla incesantemente. Žižek es pesimista respecto a la posibilidad de un cambio rápido y considera que nos acercamos a una catástrofe o a una sociedad muy triste. Critica los viejos esquemas de lucha frente al capitalismo y considera que hay que enfrentarse a él con modelos nuevos.
Slavoj Žižek se plantea si hoy, en el siglo XXI, está aún vigente el “Manifiesto Comunista” y hace todo un estudio pormenorizado de los aspectos del “Manifiesto” que aún podrían ser útiles para entender y cambiar nuestro mundo y muestra los nuevos rasgos del sistema neoliberal actual que habrían de enfocarse con otra mentalidad y otra praxis.
Ante la gran crisis vivida y aún vigente de la pandemia, Žižek saca ciertas lecciones que cree que no se harán conscientes en la vida real. Recalca la fragilidad de nuestra “maravillosa” tecnología, la importancia de los “otros” para mí en una situación como ésta. Reflexiona también sobre el hecho de que todas y todos estamos en el mismo barco que se hundirá si seguimos así por otras catástrofes ecológicas, militares o pandémicas que sucederán a ésta y propone un nuevo tipo de comunismo, como única salida.
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