El filósofo esloveno Slavoj Žižek estudió filosofía en la Universidad de Liubliana y psicoanálisis lacaniano en la Universidad de París. Con discurso interdisciplinario trata los problemas económicos, políticos, filosóficos, culturales, feministas, bélicos y los referentes a la migración con un sentido agudo, complejo, difícil de asimilar. Es un escritor prolífico y provocador que se comporta como un show-man que utiliza recursos cinematográficos y contradicciones para hacernos pensar.
Siguiendo a su maestro el psicoanalista Lacan, Žižek muestra que el sujeto humano no es una entidad soberana y terminada, sino llena de fisuras que intenta siempre cerrar. De la dialéctica hegeliana en su triple esquema de tesis-antítesis síntesis recoge las contradicciones, pero es muy escéptico respecto a la superación final en una síntesis. De Marx hereda toda su filosofía política, crítica del capitalismo, retoma los conceptos de ideología y de praxis, pero a la noción de ideología marxista le da un giro lacaniano, insistiendo en que lo ideológico nos envuelve porque nos engaña con el goce.
En su crítica a la hipocresía burguesa Slavoj Žižek pone múltiples ejemplos de la falsedad con que se vive una supuesta tolerancia y una falsa bondad en la práctica de la políticamente correcto. Igualmente pone de manifiesto que las cosas no son como parecen, sino como su contrario y que nos tranquilizamos en el despilfarro, pensando que tiene repercusiones benéficas.