El
humanismo marxista rompe con la idea del ser humano como portador de una
naturaleza humana definida y considera que mujeres y hombres se hacen a sí
mismos en correlación con su contexto histórico y con la praxis que mantienen
en él. A partir de este punto, Marx nos muestra la importancia del trabajo como
mediador entre el ser humano y la naturaleza. Pero a continuación nos hace ver
que ese trabajo sufre una alienación, una explotación, en todas las sociedades a lo largo de la
historia y en especial en la época capitalista. Partiendo de estas premisas
desarrollamos en el programa las características de la alienación económica que
convierte al trabajador en una cosa, en una mercancía a través de la
“plusvalía”. Esta alienación económica provocará otros tipos de alienaciones
como la religiosa que apoya la alienación económica con la promesa de una
compensación en un paraíso eterno. Todas estas cuestiones provocan debates
entre los contertulios que analizan, con ejemplos concretos, la vigencia o no
de esas alienaciones en nuestros días.
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